Breve Historia
Buñuel es un pueblo de la Comunidad Foral de Navarra con el patronímico de Villa que se encuentra situado en la margen derecha del río Ebro al sur de dicho territorio, asentada en una amplia llanura a 2º 14´, longitud Este y a 41º 58´ longitud Norte, a una altitud de 243 metros sobre el nivel del mar y con una extensión de su término municipal de 36,6 Km², o de 3.666 hectáreas. Dista ciento catorce kilómetros de la capital Pamplona y veinte de la ciudad de Tudela por comunicación de las vías A-68 (N-232) y N-121, así como por la autopista AP-15 de Navarra y con una distancia de sesenta y cuatro kilómetros con Zaragoza, por la N-232, por la carretera comarcal NA-126 y por la Autopista AP-68.
Para analizar detalladamente los orígenes del núcleo habitable denominado Buñuel, estos podríamos encontrarlos en la era del neolítico, 4.500 a 5.000 años a.C., y en las primeras estribaciones de los montes de Las Bardenas, próximos a lo que era entonces el cauce del río Ebro, donde se hallaron unos fondos de cabañas, las cuales estuvieron habitadas por los primeros pobladores de España, Iberos y Celtas.
Mucho más tarde y bajo la influencia de la romanización de la península, es decir en el siglo I de nuestra era, siendo emperador Calígula, descubrimos un asentamiento romano de esta centuria a poca distancia del núcleo actual de la Villa, en el término de La Fontaza, llamado así por haber un manantial permanente. Este poblado se encuentra desaparecido totalmente.
Era un pequeño núcleo habitado por varias familias y restos de edificaciones en piedra labrada, con sus pavimentos, molinos de piedra, trujales y abundante cerámica sigillata hispana, cuyo enclave tenía como explicación el encontrarse en la margen derecha del río Ebro y a pocos metros de lo que pudo ser una variante de la conocida calzada romana La Legio VII y que dividiéndose en Mallén, recorría la margen del río hasta llegar a Tudela.
La creación de Buñuel como pueblo y con asentamiento, se debe a raíz de finalizada la Reconquista musulmana del valle del Ebro en el siglo XII, por el rey Alfonso I el Batallador, como lo fue de igual forma, de una gran parte de los pueblos de esta Ribera baja de Navarra, Cabanillas, Fustiñana, Ribaforada, Cortes, etc.
Sus inicios se basaron principalmente en el asentamiento en este Villa de una Encomienda de la Orden Hospitalaria de San Juan de Jerusalem a finales del siglo XII y primeros del XIII, dando ello lugar a la instauración del primer Concejo de Buñuel, que ya existe documentalmente en el año 1261.
Esta Orden Hospitalaria ya instalada y los que con ella arribaron, construyó la primera Iglesia en honor de Santa María, hoy desaparecida, creó la cofradía de San Antón con su ermita dedicada al Patrón de la Villa, también desaparecida e instaló la primera barca fluvial para cruzar el río Ebro a su margen izquierda, dando lugar, a disponer en el siglo XII y como enseña del Concejo de Buñuel, un escudo o emblema donde hay una barca con su mástil rematado en una cruz y en su cabecera la cruz de la Orden de Malta.
Escudo que en la actualidad viene usando de manera oficial el municipio y cuyo blasón simboliza el privilegio de la Villa de cobrar los derechos de paso a cuantos atravesasen el río Ebro dentro de los límites de su término. Servicio de paso que se mantuvo durante siete siglos y hasta el año 1965.
Conjuntamente y con los cofrades de la mencionada Orden asentados en Cabanillas, alcanzaron en el año de 1252 del Rey de Navarra Don Teobaldo I, los permisos necesarios para la construcción de la Acequia del Ebro hasta los términos de Buñuel, siendo esta la primera obra hidraúlica realizada en Europa y que actualmente se conoce como Canal de Tauste.
En el año 1351 el Concejo de Buñuel tenía una población de 93 vecinos, de los cuales 20 eran hidalgos o infanzones, 67 eran labradores y clérigos había 6. Tenemos que destacar que en estos primeros años y entre sus habitantes, los primeros moradores fueron francos, no hubo vecinos moros ni judíos, como en la mayor parte de las poblaciones limítrofes, pues Navarra era un reino autónomo con reyes de la monarquía francesa.
En el siglo XV el Concejo de Buñuel tenía ejidos propios desde las mugas de Fustiñana y Ribaforada, siguiendo por el campo de Carratudela a la muga de Cortes y de Mora, volviendo por la muga de La Dehesa, del lugar llamado el Ginestar, hasta el mismo lugar y de allí por la huerta, hasta el Ebro que torna a volver a la muga de Fustiñana; pero debido a los continuos años de sequía habidos en aquellas épocas, el Concejo viejo de Buñuel se había quedado reducido a treinta vecinos. Es por tanto que en 1496 dicho Concejo viejo, hace un ofrecimiento de sus bienes comunes a todas aquellas personas que quisieran asentarse en su Villa, cuyo ofrecimiento se baso en repartir vecindades y tierras a aquellos labradores del reino o fuera de él, para lo que se creó un Concejo Nuevo que se hizo cargo de esos nuevos asentamientos.
Al quedar el reino de Navarra bajo la influencia de los Reyes Católicos, a comienzos del siglo XVI, se producen en esta zona abundantes conflictos con pueblos tan cercanos como Tauste y Tudela, por los derechos de aguas para riego agrícola, tanto en la margen izquierda del río Ebro como en la margen derecha. Por el lado izquierdo, el emperador Carlos I concede en 1529 a la Villa de Tauste, permiso para ensanchar y alargar la Acequia del Ebro hasta Tauste y que se denominará desde ahora Canal de Tauste y por la margen derecha, la iniciativa aragonesa apoyada también por el emperador, de construir un nuevo canal que deberá partir desde Tudela para llevar el agua a Zaragoza, conocido como Canal Imperial. En ambos proyectos, se plantearon conflictos graves con los habitantes de Buñuel y que en el transcurso de los años se fueron superando, por las mejoras que dichos proyectos dieron.
El disfrutar del derecho de pastos y leña en Las Bardenas Reales de Navarra le pertenecía a Buñuel por derecho propio derivado de la costumbre, siendo reconocido oficialmente por una sentencia dada el año 1541 en que se le concede el título de congozante con una participación en extensión de seiscientas hectáreas de terreno de secano que son las que actualmente tiene y disfruta.
La primitiva iglesia fue la creada en el siglo XII por la Orden Hospitalaria de San Juan de Jerusalem bajo la advocación de Santa María y se mantuvo en pie hasta principios del siglo XIX en que se declaró su estado de ruina, por lo que el Ayuntamiento, el Clero y los vecinos, dependiendo de la Prelatura de la Orden Hospitalaria, deciden construir un nuevo templo a partir de 1855, año de la aparición de la Ley de Desamortización Civil de Mendizábal, y en el lugar que actualmente se encuentra la dedicada a Santa Ana como Patrona de la Villa, siendo finalizadas las obras a comienzos de 1871.
En 1500 ya existía el patronazgo a Santa Ana en el pueblo, puesto que se ordenó al pintor Pedro de Oviedo, autor de varias obras famosas de la zona, realizar un trabajo para pintar un retablo de 5 a 6 metros de alto por 4 de ancho y así cubrir el testero de la nave del templo de la Orden Sanjuanista, con la invocación a Santa Ana en el Altar Mayor. En 1604 el visitador de la Orden de San Jerónimo mandó hacer la sacristía de igual forma que tenía la de la iglesia de Cabanillas que también pertenecía a la Orden de San Juan.
Durante los años posteriores, la Villa de Buñuel padeció como todos los demás pueblos de España las continuas tensiones sociales y políticas de las monarquías imperantes, así como enfermedades como la peste, el cólera morbo, que mermaron su población. En 1707 y en plena guerra de Sucesión, el párroco manifestaba el día 12 de Mayo lo siguiente: «Este fue el día que salimos del cautiverio de los ladrones del Archiduque, porque bajaron los soldados de Felipe V (que Dios guarde), nuestro rey, a Magallón».
Con la creación de los nuevos canales de Tauste e Imperial, las tierras agrícolas propias del secano, pastos, cereales, viñedos y olivar, fueron dejando poco a poco sitio a nuevas roturaciones de terrenos aptas para el riego y en definitiva para los cultivos propios del regadío. Es entonces cuando la población de la Villa va aumentando lentamente con la llegada de nuevos vecinos, principalmente de pueblos y villas próximas a su territorio, estableciéndose con sus familias, todos los cuales contribuyeron a un mayor desarrollo de ella en años posteriores y dando un avance considerable en población, pasando de 811 vecinos en el año 1840, a 1.300 vecinos en 1860.
Entrados ya en el siglo XIX, tenemos nuevamente repercusiones graves para Buñuel debido a los conflictos bélicos originados con la invasión francesa y la toma del sitio de Tudela por las tropas napoleónicas. El alcalde se vio obligado a ponerse a las ordenes del Comisario de Guerra francés, establecido en Tudela, para enviarle durante el tiempo de ocupación, todos aquellos enseres, alimentos, personas, carros y animales de carga que le fueran requeridos, «so pena de no cumplir, será severamente sancionado». Dicha situación se mantuvo tensa durante los años de 1808 a 1810.
En los primeros años del siglo XIX y entre 1821 y 1823, comenzó en Navarra una sublevación popular llamada Guerra Realista, motivada por la obligación de aceptar la Constitución de un Gobierno Nacional. Se levantaron en todo el territorio facciones para luchar contra las milicias enviadas para acabar con los sublevados. Una partida de estas milicias establecidas en Tudela supieron que los Realistas estaban entrando en Buñuel y dirigiéndose aquí, se produjo la batalla en La Coloma, con 14 cadáveres que quedaron en el campo de batalla, sin contar 3 prisioneros y algunos que cayeron al Canal de Tauste.
Posteriormente, Navarra se encuentra envuelta en las guerras carlistas, en que una parte de los navarros se enfrentaron a la monarquía y al poder constitucional, teniendo otra vez los vecinos parte en ello, dejándose sentir el conflicto en cuanto al envío de personas y suministros, pero la población civil padeció levemente los avatares de estas guerras. Ya en el último tercio de este siglo, se termina la construcción de la vía férrea del Norte, que se inauguró en 1861 y estableciéndose una estación de ferrocarril local a 4 kilómetros del casco urbano, para los trenes del correo y de viajeros, con un servicio permanente de taxi y de autobús a la Estación del ferrocarril que se instauró años más tarde.
A comienzos del este siglo XX, hoy ya terminado, e iniciada la revolución industrial, se pudo disponer en 1900, por primera vez, de alumbrado eléctrico en sus calles y algo más tarde de luz eléctrica en alguna de sus viviendas, gracias a un salto con turbina instalado en el llamado escurridero de La Luz. Superó en 1910 la cifra de 2.021 habitantes, siendo el año 1936, con 3.088 habitantes, año en el que alcanzó Buñuel la mayor cifra de habitantes habidos. En 1923 terminaron las obras del nuevo Grupo Escolar infantil de niños y niñas, inaugurándolas en la festividad de San Antón de 1924. Tres años más tarde en 1927 quedó instalado en Buñuel el primer Cuartel de la Benemérita Guardia Civil, para la vigilancia y control de la zona y en 1934 quedaron finalizadas las obras de Canal Victoria-Alfonso, canal iniciado bajo este reinado y conocido actualmente como Canal de Lodosa, el cual vino a proporcionar una mayor expansión a sus tierras de cultivo de regadío, alcanzando desde entonces su territorio el 95 % del total regable agrícola.
En 1936, tras el golpe de estado contra el gobierno democrático de la Segunda República, la localidad quedó en manos de las nuevas autoridades golpistas, que destituyeron a la corporación republicana, asesinando al alcalde y al secretario en el mismo ayuntamiento. En los días posteriores las fuerzas golpistas desataron una feroz represión contra las personas y familias vinculadas con partidos y sindicatos leales a la República, siguiendo las directrices del General Mola, que había ordenado “sembrar el terror”.
Fruto de esa operación de limpieza política, similar a la de otras localidades de la Ribera de Navarra, fueron asesinados 51 vecinos y 1 vecina de Buñuel (de los cuales 20 están todavía en paradero desconocido) tal y como se recoge en la base de datos del Fondo Documental de la Memoria Histórica en Navarra (https://memoria- oroimena.unavarra.es/).
Además, hubo diferentes represalias para varios vecinos y vecinas. A las viudas de varios fusilados, por ejemplo, se les obligó a trabajar en tierras de vecinos derechistas, se les impusieron multas o se les rapó el pelo, humillándolas con paseos públicos tras la ingestión de aceite de ricino. Varios buñueleros, por otra parte, fueron encarcelados en distintos centros de internamiento como el penal del Fuerte San Cristóbal, e incluso, en el campo de concentración bearnés de Gurs (Francia).
Durante los años siguientes, la población vecinal alcanzó un total de 3.018 habitantes en 1950, por lo que fue necesario preparar nuevas viviendas y expandir el casco urbano municipal ante la imperiosa necesidad de ellas, construcción que se llevó a efecto en 1957, con el reparto de 46 viviendas unifamiliares en el denominado Grupo San Antonio y posteriormente en 1961, con la finalización y entrega de otras 120 viviendas unifamiliares, denominadas como Grupo San Francisco Javier.
Otro de los grandes avances que se consiguieron en la segunda mitad del siglo XX, sobre todo para la sanidad, la higiene y en bienestar de la población, fue cuando en 1967 se realizaron las instalaciones de agua corriente y potable en todas las viviendas, así como las redes de conducciones de vertidos residuales, todo dependiente de la Mancomunidad de Aguas del Moncayo y de la que forma parte, junto con otros pueblos, esta Villa.
En la década de los 70 se procede a la construcción de un nuevo Grupo Escolar Mixto, preparado para cubrir las necesidades del momento, con pistas deportivas, campo de futbol, piscina y un pequeño parque de descanso; complejo que a finales del siglo XX, fue mejorado y ampliado con la creación de un nuevo polideportivo, frontón, pistas de tenis y un nuevo y más amplio campo de futbol.
Actualmente Buñuel, en el inicio del siglo XXI, con sus 2.500 habitantes, una parte de ellos dedicados a la agricultura, pero una parte también importante de su población, dedicada a la industria y a los servicios, con la incorporación de la mujer al trabajo, se encuentra en una fase de expansión y de desarrollo en todos los ordenes, dada la existencia en su término municipal de un Polígono Industrial «Corquero», donde se encuentran ubicadas varias industrias de elaboración y transformación, así como la producción de derivados de la agricultura y de la ganadería, productos tan reconocidos y agradecidos que vienen dando estas tierras de cultivo en regadío, que son en sí, las fuentes de riqueza de su población.
Las festividades oficiales que se celebran en la Villa, son en primer lugar, las dedicadas a su Santo Patrón San Antón, que se celebran todos los años, los días 16, 17 y 18 de Enero, con el ofrecimiento de una misa en la iglesia parroquial y a la salida, la entrega del pan y del queso bendecidos, seguida de una procesión en honor al Santo. Las celebradas en honor de su Santa Patrona Santa Ana, los días 25, 26 y 27 de Julio, cuya prolongación festiva se trasladó a la semana del día 15 de Agosto, motivada por los apremiantes trabajos de recolección de las cosechas y del trabajo agrícola en fechas tan señaladas, las cuales requerían la atención de sus habitantes en los últimos años del siglo XIX y primeros del XX. Estas fiestas son consideradas las fiestas mayores, por dedicarles más días de asueto y haber suelta de vaquillas bravas por las calles y plaza del municipio, así como diversas atracciones y música popular, donde participa todo el vecindario, familiares y amigos que acuden a la fiesta.
En diciembre de 2010, se publicó el libro -HISTORIAS DE BUÑUEL I- editado por el Ayuntamiento, en el que se puede ampliar la información sobre este tema y al cual se puede acceder desde el siguiente link .
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Hacer igualmente referencia a diferentes publicaciones que precedieron al anterior, como son:
-Marín Royo, L. Mª. (1976). Buñuel (Historia-Estadística-Costumbrismo).Tudela, España: Imprenta Delgado.
-Cerdán Lavilla, C. A. (1990). Historias y curiosidades de Buñuel. Tudela, España: Gráficas Muskaria.
-Oliver Monteso, C. (2000). Capitulación y concordia entre la ciudad de Tudela y las villas de Buñuel, Ribaforada y Cortes del Reino de Navarra y las villas de Mallén y Novillas del Reino de Aragón, para abrir una acequia de riego desde el puente de Tudela en el río Ebro, año 1496. Revista Centro de Estudios Merindad de Tudela, nº 10, pp 63-76.
Accesible en https://dialnet.unirioja.es/servlet/articulo?codigo=719142
O que siguieron al mismo, como:
-López Velasco,R. Lizarraga Elviti C. y Oliver Monteso, C. (2011). La villa rústica de La Fontaza, en Buñuel (Navarra). Revista Centro de Estudios Merindad de Tudela, nº 19, pp 35-51.
Accesible en: https://dialnet.unirioja.es/servlet/articulo?codigo=4144416
-Lavilla Cerdán, L. (2012). Orígenes de la villa de Buñuel. Revista de Claseshistoria, artículo nº 329.
http://www.claseshistoria.com/revista/2012/articulos/lavilla-origenes-bunuel.pdf